Seis conclusiones de las II Jornadas FAIM
- Cuando hablamos de niños, adolescentes y jóvenes en dificultad, podemos decir que les “cura” minimizar los síntomas, recuperar la funcionalidad, conseguir sus objetivos y sentirse queridos y apoyados. Para lograrlo, se pone de manifiesto la necesidad de que, entre todos, entretejamos un modo de hacer y reconozcamos la importancia de la continuidad en los cuidados y en las intervenciones educativo-terapéuticas que prestan los profesionales que acompañan a los niños, adolescentes, y jóvenes.
- En relación a la salud mental, queda una tarea por delante para entender mejor algunos aspectos que guardan relación con la enfermedad mental y con las medidas terapéuticas a seguir. Armonizar miradas, medidas, y sensibilidades requiere una dedicación intensa por parte de todos. Además, el trabajo en equipo contribuiría a mejorar la salud de los pacientes de salud mental, por lo que se apunta como un reto.
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Pedro Ruiz, Miguel Ausejo y José María Civeira. Imagen: Aránzazu Navarro |
- En el ámbito de la sexualidad, resulta preciso actualizar los modos y el momento de abordar el trabajo reflexivo en torno a lo afectivo-sexual con los niños, adolescentes, y jóvenes; es decir, tener en cuenta las circunstancias de los menores a los que acompañamos e iniciar la educación sexual en primaria, cuando no hay miedo de los adultos a las consecuencias de la sexualidad del menor. Por otra parte, considerar el vínculo afectivo en las relaciones sexuales, simular situaciones de pareja, llevar a cabo actuaciones que remeden vacunas contra los celos y mejoren la autoestima de los jóvenes, son algunas de las propuestas de trabajo que se hicieron en las Jornadas.
- Más allá del uso de las drogas que hagan los adolescentes y de las dificultades que puedan generarles, está el papel del adulto significativo en sus vidas y la reflexión sobre dichos usos. El consumo responsable, el trabajo en la prevención, fomentando la responsabilidad y la autonomía, son estrategias educativas que pueden ayudar a reducir los daños del consumo. Además es conveniente distinguir bien el consumo que hace cada persona, valorándola en su conjunto y tratando de dimensionar adecuadamente dicho consumo.
- En cuanto a las redes sociales, el reto es para los profesionales; tenemos que huir de la tecnofobia ya que existe un universo virtual en el que también se puede o se debe acompañar a los adolescentes, y se puede ser adulto significativo.
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Más de 150 profesionales participaron en las Jornadas. Imagen: Aránzazu Navarro |
- Los retos que plantean los profesionales de los ámbitos de la protección y la reforma están en el propio menor y en las instituciones. En el propio menor porque se considera que el éxito de la intervención está en el proceso de responsabilización pleno, en la conciencia de malestar del menor ante sus actuaciones. Por otra parte, se apunta a la necesidad de que las instituciones se coordinen mejor y sean más ágiles. Además, la irrupción de un número importante de problemas de salud mental hace necesario adaptar el manejo educativo-terapéutico de los profesionales.
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Gonzalo Musitu y Raúl Gutierrez. Imagen: Arázazu Navarro |
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