Mentoría, un programa de voluntariado para jóvenes
Dentro de su programa de voluntariado, la Fundación para la Atención Integral del Menor desarrolla un proyecto que pone en contacto a niños y adolescentes en dificultad, con jóvenes voluntarios que les acompañan en actividades de tiempo libre, en la búsqueda de empleo o en facilitar de alguna forma sus estudios.
Este proyecto que llamamos “Mentoría”, pretende ofrecer a los chicos y chicas la posibilidad de compartir experiencias positivas con personas que, más o menos cercanas a su edad, han vivido en entornos familiares diferentes o han alcanzado logros personales o en sus estudios, y pueden servir de ejemplo y motivación.
Hasta ahora, en el programa participan 9 voluntarios que, además, reciben formación sobre inteligencia emocional o los trastornos y dificultades en las que pueden encontrarse las personas a quienes acompañan. Por otra parte, el equipo de profesionales, psicólogos y educadores de FAIM, coordina la actividad de los voluntarios y les presta el apoyo necesario. La Mentoría es un programa que suele servir de complemento a la atención profesional que reciben las familias en el Espacio Ariadna.
Este verano, hablamos con los “mentores”, Francesca, Jorge y Francisco, tres voluntarios con motivaciones y perfiles muy diferentes que coinciden al señalar el beneficio que supone este programa para los chicos y chicas a los que acompañan al ayudarles a salir de su rutina y conocer diferentes contextos vitales.
Con 23 años, Francesca vino de Italia con una beca Erasmus para continuar su grado de Educación. Encontró en FAIM una actividad relacionada con sus estudios y que le permitía participar directamente en la atención a los chicos y chicas. “Creo que con nosotros, los chavales se sienten más libres para hablar, ven a alguien como ellos que quiere hablarles y escuchar, sin ningún interés sino conocer y tener relación con ellos”, explica Francesca.
De hecho, el programa, además de procurar un acompañamiento en diferentes actividades, abre una vía de comunicación entre los chicos y chicas y los mentores, “no tienen obligación de estar con nosotros pero si un día no saben con quién hablar , pueden escribirnos o llamarnos”. “No somos amigos ni profesionales, estamos en un punto medio, y tienden a abrirse”, nos aclara Francisco, un voluntario que estudia Sociología y Criminología en el Reino Unido y que ha pasado su verano como mentor en FAIM.
Jorge encontró en este proyecto el programa de voluntariado que buscaba, “quería hacer algo diferente con los adolescentes, buscaba darles apoyo y ser una figura diferente para ellos, yo también he vivido cosas diferentes y por eso puedo empatizar y ponerme en su situación”.
La actividad de los mentores está coordinada por el equipo técnico de FAIM. Como explica Falo García, el responsable del programa de voluntariado de la Fundación y educador social, “hay chavales que participan en el Espacio Ariadna o de los recursos que gestionamos, con quienes vemos que se puede hacer un trabajo a largo plazo y les proponemos la mentoría, un acompañamiento con el que introducimos en sus vidas un adulto distinto a los profesionales”. “Se trata de estar presentes en la vida del chaval y les proponemos actividades que suponen para ellos, una forma diferente de pasar el día, poder disfrutar de la vida y hablar con personas que no son de su entorno ni profesionales” .
Las actividades se adaptan a cada perfil y por eso pueden programarse actividades diferentes a las de tiempo libre pueden programarse, por ejemplo, de apoyo escolar si se considera que esa es la forma más adecuada de acercarse a los chicos y chicas. Además hay casos especiales en los que hace el acompañamiento a un grupo de hermanos al mismo tiempo, si viven en familias con dificultades educativas y se considera beneficioso para todos. En este sentido, la labor de los mentores también puede ser terapéutica porque ofrecen un espacio de desahogo y los beneficios que aporta a los chavales, redunda en las familias.
Con este proyecto se buscan pequeños cambios positivos y, aunque como reconoce Falo García, “hay casos en los que cuesta mucho”, sí se perciben avances. Por ejemplo, Francisco nos cuenta que uno de los chicos con quien ha estado este verano, “se abre más a contar cosas y me comenta que se da cuenta de lo que hace cuando tiene actitudes violentas”. Esto ya es un logro si tenemos en cuenta las dificultades de comunicación o la ausencia de interlocutores adecuados en la vida de estos chavales.
Buenas tardes,
Mi nombre es Jorge, soy un profesional del área de Compras actualmente trabajando en Suiza, tengo 34 años y soy padre de 2 hijos. Me encantaría poder aportar mi granito de arena y ayudar a adolescentes en tareas de mentoring, a través de Skype / WhatsApp. Me gustaría poder orientarles tanto en la vida en general como en orientar sus estudios y carrera profesional. He trabajado con niños y adolescentes como entrenador de balonmano hace bastantes años, y actualmente gestiono equipos desde hace más de 3 años. Tengo mucha motivación por la psicología (me encantaría poder estudiar una formación universitaria en un futuro), y me apasiona ayudar a las personas a que puedan labrarse un futuro mejor.
Si creen que les pudiese ser de ayuda, ya sea de manera continuada o esporádica, no duden en contactarme.
Muchas gracias y reciban un cordial saludo,
Jorge