Teatro Social, una herramienta para mejorar nuestro trabajo con menores

Dentro del programa de formación que desarrollamos en la Fundación para la Atención Integral del Menor, tratamos de incorporar sesiones que promuevan el desarrollo de habilidades personales que nos apoyen en el trabajo diario y en nuestra relación con los menores, de manera que podamos intervenir de forma más eficaz y apoyares en su desarrollo, como el taller de Teatro Social celebrado este año. Esta ha sido una de las actividades que nos han permitido abrir el abanico de recursos a la hora de trabajar y mejorar nuestra interacción con las personas con las que trabajamos y la interpretación que hacemos del lenguaje corporal o de las expresiones de aquellos a quienes tenemos en frente.

La formación, impartida por Gabriela Valenzuela Bernad, de Binomio Educación y Teatro, quería favorecer un espacio de encuentro entre los profesionales, diferente a los usados habitualmente y en el que mostrar juegos y dinámicas que favorecen el acercamiento y ayuda a abrir nuevos cauces de comunicación a los empleados habitualmente en el trabajo diario.

Como explica la propia Gabriela, en el taller «tuvimos unas horas para hacer un recorrido por las principales técnicas de Teatro del Oprimido. De forma práctica, fluida con un muy buen ambiente, el grupo participó de ellas. Tuvieron la oportunidad de trabajar con numerosas escenas, todas propuestas por el propio grupo, reflexionar sobre ellas, vivenciar como se ve la misma situación desde los diferentes personajes que intervienen en ella. Un «laboratorio actoral» pero con gran contenido social, también con situaciones sacadas de su día a día. Creo que el taller fue una  oportunidad de descubrir que  esta herramienta no solo puede ser útil en la resolución de conflictos con sus propios grupos, sino también para observar su propia forma de intervenir así como el posicionamiento de los compañeros y compañeras en esas mismas situaciones

Una de las participantes, Ana Solo, destaca del taller la importancia del trabajo con el cuerpo “el lenguaje no verbal es gran parte de la comunicación, pero parece que se nos olvida transmitir corporalmente la información, estamos habituados a hacerlo mediante la palabra. Profesionalmente, sirve para trabajar estas dinámicas en grupos y puede ser útil para resolver conflictos o tratar un tema del que ni siquiera es posible o se es capaz de hablar. Como psicóloga, y creyendo que el diálogo y una correcta comunicación es fundamental, encontré sumamente fascinante el poder y las muchas situaciones en las que podemos hacer uso de esta herramienta”.

El taller, que fue sobre todo práctico, se basó en el llamado “Teatro del Oprimido”, creado por Augusto Boal como método con el que identificar y poner palabra a las situaciones de opresión y conflicto que viven los participantes. Esta, y otro tipo de técnicas como el Psicodrama, buscan la implicación de los observadores como agentes activos y protagonistas del cambio. Como dice Gabriela Valenzuela, el “Teatro Social, es la unión entre la parte artística, la puramente teatral y como habitualmente la entendemos, y la parte educativa y pedagógica. Unión en la cual encontraremos las posibles vías de cambio”..

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Gabriela Valenzuela Bernad fundó Binomio Educación y Teatro con Laura Jaén en el año 2000. Es Diplomada en Trabajo Social y en Educación Social por la Universidad de Zaragoza y técnico en Animación Sociocultural. A su experiencia como directora de Tiempo Libre o auxiliar psiquiátrico en programas comunitarios, se suma su formación en Teatro Social por las escuelas La Dinamo de Madrid y la Escuela Pathotom en Barcelona y en práctica psicomotriz.