“Si los niños no buscan pornografía, la pornografía les encuentra a ellos”

La infancia tiene acceso a la pornografía y esto tiene impacto sobre la configuración de sus relaciones y seguridad.
Esta es la conclusión general que podemos sacar del estudio “Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales”, realizado por la red Jóvenes e Inclusión con la colaboración de la Fundación para la Atención Integral del Menor.

Lluis Ballester, profesor y responsable del Grupo de Investigación de Familia e Infancia de la Universitat de les Illes Balears, ha presentado en Zaragoza los resultados del estudio y, específicamente, de la muestra aragonesa. El objetivo de este trabajo es conocer datos sobre el consumo de la pornografía en la infancia y su influencia en el comportamiento sexual y para ello, analiza el impacto de la nueva pornografía en las relaciones interpersonales entre adolescentes y jóvenes en España y la educación afectivo- sexual que reciben en la actualidad.

El acceso a internet a través del móvil ha hecho más accesible, y a edades más tempranas, el
consumo de pornografía. Como ha explicado Lluis Ballester, “si ellos no buscan la
pornografía, la pornografía les encuentra a ellos, casi ni las barreras parentales hacen frente
eficaz a los canales de internet”.

El uso de pornografía tiene impacto en la percepción la sexualidad y en el incremento de las
prácticas de riesgo. Los jóvenes reproducen las conductas sexuales que ven en internet porque
el consumo de estos vídeos se hace a solas y no hay una figura adulta al lado para ayudarle a
entender que ese no es un modelo de relación afectivo sexual adecuado.

El estudio concluye que la edad media para el inicio en el consumo de la pornografía son los 14
años y señala que la edad más temprana a la que se empieza a mirar porno, son los 9 años. En Aragón, el 51,4 por ciento de las personas encuestadas afirmaron haber empezado a mirar pornografía antes de los 16 años (el 78 por ciento, chicos), y sólo el 2,1 por ciento a partir
de los 19 años.

Entre los motivos para mirar pornografía, el principal es la masturbación (36% en Aragón frente
a la media del 40% en España), seguida de la respuesta a la curiosidad. El 20,4 por ciento de los
encuestados en Aragón (25 por ciento en España) afirma haber mirado pornografía para
aprender sobre sexo.

En este sentido, aunque el 69 por ciento de los aragoneses encuestados había recibido
educación afectivo- sexual (cifra similar en el resto de España), sólo el 22,9 por ciento vio
respondidas sus inquietudes o preguntas. Así, el 79% de los chicos y chicas en
Aragón afirma resolver sus dudas con los amigos y el 74%, en internet. Sólo el 21% de la muestra
en nuestra comunidad las resuelve hablando son sus padres, por debajo de la media española.
A estos perfiles sumamos los datos de las consecuencias que tiene el uso de pornografía. Por
una parte, el 42 por ciento de los adolescentes aragoneses ha recibido anuncios de ofertas
sexuales relacionadas con la pornografía y un 1 por ciento ha tenido contactos gracias a los
anuncios.

Todos estos datos, este consumo, tienen unas consecuencias. Casi la mitad de las personas encuestadas en Aragón afirman haber aumentado las conductas de riesgo como consecuencia del uso de la pornografía. El modelo de relación sexual que impone la pornografía no tiene componentes de las relaciones afectivo-sexuales y se silencia la expresión del deseo femenino, estando las relaciones sexuales basadas en la dominación masculina.

El estudio se ha realizado con una muestra de 2457 personas entre 16 y 29 años (con el 64 por
ciento de la misma entre los 16 y los 22 años) de siete comunidades autónomas (Andalucía,
Aragón, Castilla y León, Castilla La Mancha, Cataluña, Galicia, e Islas Baleares).